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Adios Ciudad

Y me fui de la ciudad sin dejar un solo pedazo de mi. Me fui al lugar donde creci y en el que nada me pertenecia. Viaje creyendo que el regreso es posible pero me engañe. Jamas volveremos. Jamas. La soledad se hizo mas intensa sabiendo que aqui estaban tan cerca. El dolor resurgio como un cancer jamas cuidado. Y de a poco se empezo a transformar en una rabia incontenible contra todo cuando habia. Contra toda la menira que forje a mi alrededor. No soy mas que un pobre personaje anecdotico. Una curiosidad en el camino. Nada de lo que quise querer exisia.

Asi que aqui termina este blog. Ahora me voy a romperlo todo, a cortar las raices y dejarme llevar. Hoy reconosco mi soledad. La acepto y me encamino en esa busqueda de mi mismo.

Adios.

=D


Justicia...

Dicotomías.... Dicotomías. ¿Quién inventó esa palabra de mierda? Es la correcta, pero no parece sonar con suficiente fuerza. En fin.

Hace un mes y algunas semanas tuve un accidente en taxi, el chofer está en coma, el tipo con el que viajaba se fracturó la pelvis y yo salí caminando con un diminuto rasmillón en la frente a fumarme un cigarrillo. Pero esa es otra historia.
Hace unas semanas me visitó el tipo del seguro. Hasta ese día no había pensado en eso, así que me tomó por sorpresa. Luego lo medite bien y decidí que no cobraría el seguro.
Quizás parezca un poco absurdo, después de todo me lo “merezco”, pero hay cosas a las que simplemente no puedo hacer caso omiso.
Investigando busqué antecedentes, como para hacerme una idea de cuanto debería cobrar. Y leyendo las páginas de abogados todas hablan de la "compensación económica" y del "valor de la vida humana". Padres de familia fallecidos cuyos seguros pagan poco más de medio millón de dólares a las "adoloridas" familias. Había incluso una formula matemática destinada a calcular las indemnizaciones en base a tu edad, tu ocupación, tu porcentaje de invalidez, los años de "vida útil", tu sueldo actual. Números, números.
Yo no sé si alguien, cuando decidió montos y asignó un "valor" a la vida humana se detuvo a estudiar la historia del dinero. Su existencia es el mayor engaño de la historia de la humanidad, son papeles sin un bien real que los respalde. Pero bueno, esa también es otra historia.
Es esa concepción de justicia la que no acepto. La de los números, de las formulas. Les dejo aquí un extracto de la página web defensa del peatón (no sé si esto sea legal, de todas formas, me vale madre):


Elegimos este caso para nuestra página, porque, más allá de los hechos que
daban lugar a la indemnización pedida, se discutía El Valor de la Vida
Humana
, es decir, la incidencia patrimonial que la supresión de una vida
tiene jurídicamente en quien reclama la reparación.
Nos movemos en este aspecto, en lo puramente material, ya que el daño moral indemnizable ampara un interés jurídico no patrimonial, el denominado pretium dolores, para cuya apreciación el criterio de los jueces posee un amplio margen, ya que lo que valoran es la condición humana de la víctima, su fuerza espiritual, la
calidad individual y la aptitud orientadora de su descendencia, entre otros
muchos aspectos que hacen esencialmente al espíritu.
No sucede lo mismo cuando se trata de valorar patrimonialmente la pérdida sufrida por uno o más familiares, y aun para quienes no lo son (caso de los concubinos que la
jurisprudencia ahora también acepta).
En esta materia el aporte probatorio que debe hacerse hará que el tan mentado prudente arbitrio judicial, permita acotar dicho arbitrio y dictar sentencias justas.

No sé si soy sólo yo... pero esto me parece un montón de mierda. Pero bueno, jamás he confiado en este sistema así que no me sorprende que ahora no pueda aprovecharlo aun cuando el afectado haya sido yo. ¿Pero a que me lleva todo esto? No, esto no es un problema de políticas judiciales, va mucho más allá.
Si esta no es justicia, entonces ¿qué es lo justo? Vivimos en tiempos complejos. Existen tantas formas de matar o hacer daño, que se inventaron otras tantas para juzgarnos. Siempre en esa "noble" búsqueda de ser mejores humanos, decidimos que de debían unificar las leyes de un país, que todos son inocentes hasta que se pruebe lo contrario, que es un organismo gubernamental (aun siendo independiente de este) el que debía hacer justicia. Y está bien, parecía una buena idea. Pero nos perdimos de algo en el camino, Todo se redujo a compensaciones, y no es que antes no fuese así. Pero hoy, el sistema judicial no es tan diferente del organismo encargado de cobrar impuestos en un pais. Que puedo decir, son otros tiempos.
A veces me da la sensación de que el "ojo por ojo" tan discutido y despreciado le asigna mucho más valor a la vida humana que el "ojo por dólar". ¿Pero en que me convierte eso? en un hijo de puta mas, quizás tan limado como alguno de esos dictadores tercermundistas (o peor, primermundistas).
¿Qué hacer con el idiota borracho que nos choco en un audi? Quizás podríamos meterlo a un taxi junto a unos muñequitos de prueba de esos que se usan para probar las medidas de seguridad de los autos. Y darle con otro auto para que vea lo que se siente.
Mientras más pasan los años menos respuestas existen. Más complejos y más de mierda nos volvemos como sociedad.

De preguntas y respuestas...

Cómo en los recuerdos oxidados de un negro café,

contemplé de pronto el derrumbe de los optimismos.

La sustitución incansable

de los sueños por ilusiones planas.

La servil adaptación del hombre

a las condiciones por él mismo creadas.

Y me pregunté,

si nos acercábamos inevitablemente

al momento en que dejaríamos de hacernos preguntas.

¡Baja de ahí Dios!

nos debes una explicación

creaste a diestra y siniestra y nos abandonaste

en el séptimo día.

Qué puedo decir. Tiende a ser un poco agotador. Son, en definitiva, malas costumbres. mirar a los ojos, oír con atención. Eso de sonreír y sostener.
Aveces sorprende, es como si llevara una cruz roja tatuada en alguna parte. Siempre se me revela alguna historia dolorosa, siempre se me pide un concejo difícil. Como si pudiese arreglar mi propia vida.
Ni siquiera soy bueno hablando, ni digo cosas profundas y reveladoras. Es como si la respuesta no importara, solo ese minuto de paz que regalas. Ese vacío que se abre en medio del gentío y en el que los ojos de las personas se ablandan, se vuelven confiados como los de un niño, cristalinos.
Resumiendo, una excusa para tirar la cadena del inodoro. Quizás podría trabajar de limpiafosas. Sería un trabajo similar. Pero como siempre en la vida, en casa de herrero, cuchillo de palo, el mio está tapado desde hace mucho y no tengo tiempo para arreglarlo. A fin de cuentas, sólo voy al baño en los bares.

Sucede asi, en este orden exacto.
Primero lloramos,
luego dormimos,
nos alimentamos,
cagamos
y volvemos a llorar

Toda la vida

Si es el miedo el que nos guia
y son nuestras acciones las que nos dan sentido
¿vale la pena olvidar el sentido para vivir sin miedo?