Punto de vista

Llamar a esto un poema es un insulto a los buenos poetas, yo lo llamaría prosa dispersa. 
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Miro al cielo, busco a Dios entre las estrellas 
y cuando  creo hallar la sombra de su contorno
desdibujándose en la parte más obscura del espacio, 
entonces fijo la vista y pienso "No me jodas". 
Porque como él lo es todo, 
es la noche y el dia, el alfa y el omega, el bien y el mal, 
¡entonces él no es nada!
Es incapaz de ver lo bello o de juzgar lo malo. 
Es incapaz de sentir amor o remordimiento. 
Como Dios es todo, es el comienzo, 
el pulso infinito que expande el espacio, 
entonces nos observa desde su omnipresente distancia 
y con una mirada inexpresiva se pregunta 
por qué nos detenemos a llorar. 
Por qué dudamos, por qué amamos, 
por qué creemos que existe una verdad absoluta. 
Por qué buscamos respuestas,
por qué nos aferramos a ideales
por qué nos conmovemos
por que creamos arte
Por eso lo desprecio y lo envidio y compadezco 
Por su infinitamente compleja simpleza. 
Y es que hay algo que Dios jamás tendrá
y que es la razón por la que nos necesita
Dios no tiene punto de vista.

Virus

Miré el espacio en blanco un buen rato y no se me ocurrio que escribir. Si tienen tiempo escuchen esta cancion. No les gustara, pero es buena. Virus, de Gonzales y los Asistentes. Musica Chilena, rock experimental. 


La revelación

No se como será para los chamanes y los videntes, porque a mi las revelaciones me vienen como patada en el estomago. Como fumar prensada y tomar demasiada cerveza. Una mala mezcla. 

Aunque claro, mis revelaciones son un poco más terrenales. Las epifanías me vienen con una palabra o una imagen y no con una ceremonia ritual. Qué se yo. Quizás soy lentamente acumulativo y en vez de comprender las cosas paulatinamente, se aparecen, ya esclarecidas, de golpe. Siempre es una sensación desagradable. Como si tus piernas perdieran de pronto toda energía y te desplomaras como un trozo de gelatina cayendo de la mesa. 
Es algo así. O peor, que se yo. Contrario a lo que alguna vez creí, las palabras no son lo mío. El asunto es, así es la vida supongo. 

La revelación del día fue: Lo volviste a perder todo Tomás, mala jugada. Estás solo otra vez.

Así que eso queda, soledad demasiado densa en el invierno demasiado frio de una ciudad demasiado grande. Ella no me seguiría a ninguna parte. Preferiría creer que la culpa es mía por ser un hijo de puta, pero eso lo sabía antes de enamorarse. La culpa era de los dos, o de ninguno, a menos que se nos pudiera culpar de ser nosotros. Ella demasiado arraigada a la tierra y a su gente, yo que debo usar botas de plomo para no irme a otra galaxia. Nada mal. El guionista ya me las ha puesto peor. Le sonrío a la imagen del espejo y a seguir.