Incomodidad

Cuando alguien me pregunta cómo estoy, siempre respondo algo como "Bien, ahí vamos" o "si, aquí" con un dejo de desesperanza. Como si no estuviera ni bien ni mal y la única respuesta lógica fuese, estoy aquí, sigo avanzando, sigo haciendo lo que hay que hacer. Luego la gente me reclama, me dice: hijo de puta, tienes todo lo que necesitas, de qué te quejas. Pues de nada, no me quejo de nada, pero no estoy conforme tampoco con nada. Siempre me he preguntado porque hay personas que creen que el inconformismo es una enfermedad. Como si fuesen los inconformes los que tienen así al planeta. Raros ellos, no los entiendo. O no quiero entenderlos, porque tengo la sospecha de que si lo hiciera me darían ganas de patearle el trasero a todos. Mandarlos a tomar por el culo. 

¿De que estoy disconforme? Pues de nada en particular. Una mejor pregunta seria por qué estoy disconforme. Y la respuesta podría ser: Por mis ideales, porque tengo los mismos sueños desde que era un niño, y la vida ha cambiado mucho e innumerables veces desde entonces, y en cada nuevo contexto mis sueños han sido los mismos. Y mientras más viejo me pongo y más responsabilidades tengo que asumir con la urbe de mierda, más descolocados quedan mis sueños, y más taladran mi mente. Me dicen: Qué mierda estas haciendo Tomás, qué mierda estás haciendo... Sabes que esto no es lo que quieres, no es lo que debes hacer. Manda todo al carajo y has lo que tienes que hacer. Eso es lo que me dice esa voz que me acompaña desde siempre. Pero no siempre la escucho y cuanto más la ignoro más me taladra. 
La otra opción, es que me intoxiqué demasiado con películas como Mad Max. Quizás soy un loco clínico que cree que si el sistema no funciona hay que hacerlo funcionar. Alguna parte de mi cerebro aun cree que puede subirse a una motocicleta y deambular por el mundo sin que nadie lo moleste. 
Quién sabe... Un amigo me dijo: Perro, estoy perdiendo mis sueños. No supe qué responderle...

Nuevas circunstancias

Y otro blog mas. No se cuantos llevo ya, más de 15 seguro. Sucede que después de un rato se vuelven un poco pesados, la vida cambia constantemente y el blog viejo arrastra el pasado como si siguiera presente. Mejor archivarlo y comenzar de nuevo.  Es gracioso darte cuenta de que estas cagando fuera del tiesto y que estas aferrándote a cosas que ya están muy lejos. Comenzar de nuevo... y que mejor que un blog nuevo, lo que siempre requiere de un poco de egolatría, porque uno asume que alguien hará una pausa en su poco ocupada vida para leer los delirios de un loco. 

¿Por qué la ciudad? Porque vivo en una, de esas con edificios altos y gente indiferente. Con autobuses atravesándola como parásitos en los intestinos de una paloma. Con policías que sirven mas de guias turísticos que de otra cosa. Con negros vendiendo artesanías, chinos en sus negocios y supermercados de barrio, judíos distantes y blancos, bueno, blancos como todos, torpes y apáticos. Autos que no respentan a los peatones. Mierda de perro en las aceras. Y malos olores, los malditos malos olores. Una ciudad atiborrada de publicidad tan idiota que le fundiría el cerebro a cualquiera que se detuviera a contemplarla. De mujeres que se creen demasiado el cuento y hombres que parecen hechos con molde. Una ciudad donde la belleza es artificial y aterradoramente estereotipada. Donde la escena artística esta compuesta sólo con actores, interpretando papeles diversos: pintores, músicos, escritores, poetas, escultores, todos sacados de una mala película europea...  en fin, ya parece que la odio.
¿No se siente usted identificado? ¿Que raro no? Eso quiere decir que la ciudad tiene otras cosas que ofrecer, aparte de la idiotez enervante y la intelectualidad barata. Pues vamos a descubrir de que se trata. Qué es lo que se esconde tras el hormigon y el silencio.