Cuando alguien me pregunta cómo estoy, siempre respondo algo como "Bien, ahí vamos" o "si, aquí" con un dejo de desesperanza. Como si no estuviera ni bien ni mal y la única respuesta lógica fuese, estoy aquí, sigo avanzando, sigo haciendo lo que hay que hacer. Luego la gente me reclama, me dice: hijo de puta, tienes todo lo que necesitas, de qué te quejas. Pues de nada, no me quejo de nada, pero no estoy conforme tampoco con nada. Siempre me he preguntado porque hay personas que creen que el inconformismo es una enfermedad. Como si fuesen los inconformes los que tienen así al planeta. Raros ellos, no los entiendo. O no quiero entenderlos, porque tengo la sospecha de que si lo hiciera me darían ganas de patearle el trasero a todos. Mandarlos a tomar por el culo.
¿De que estoy disconforme? Pues de nada en particular. Una mejor pregunta seria por qué estoy disconforme. Y la respuesta podría ser: Por mis ideales, porque tengo los mismos sueños desde que era un niño, y la vida ha cambiado mucho e innumerables veces desde entonces, y en cada nuevo contexto mis sueños han sido los mismos. Y mientras más viejo me pongo y más responsabilidades tengo que asumir con la urbe de mierda, más descolocados quedan mis sueños, y más taladran mi mente. Me dicen: Qué mierda estas haciendo Tomás, qué mierda estás haciendo... Sabes que esto no es lo que quieres, no es lo que debes hacer. Manda todo al carajo y has lo que tienes que hacer. Eso es lo que me dice esa voz que me acompaña desde siempre. Pero no siempre la escucho y cuanto más la ignoro más me taladra.
La otra opción, es que me intoxiqué demasiado con películas como Mad Max. Quizás soy un loco clínico que cree que si el sistema no funciona hay que hacerlo funcionar. Alguna parte de mi cerebro aun cree que puede subirse a una motocicleta y deambular por el mundo sin que nadie lo moleste.
Quién sabe... Un amigo me dijo: Perro, estoy perdiendo mis sueños. No supe qué responderle...