Dandole vueltas a la ironia de la escultura digital.
Hecho en Zbrush y RealFlow.
Desde la terraza se ven los edificios, como totems ancestrales aguardando algo. Miran el horizonte, ajenos por completo al paso del tiempo y a todo lo que en sus entrañas se entreteje. Sordos, mudos e incapaces de ver algo mas pequeño que a ellos mismos, los edificios no notan que la gente trama algo. Dentro, la semilla de la rebelión crece. Afuera, la tierra empieza a lanzar sus gritos de guerra...
1 comentarios:
18 de diciembre de 2010, 5:53
realmente lo encuentro horroroso, más que lágrimas parece sangre, horrible, de mal gusto
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